19 de enero de 2014

León (Panthera leo)

LEÓN (Panthera leo)

 
Hoy vamos con el León, el Rey de la sabana (y no de la selva como se le conoce popularmente, ya que estos animales no habitan en selvas), el que es quizás el más conocido y mítico de los depredadores del mundo. Se trata de un claro ejemplo de trabajo modelador de la evolución sobre una especie. Se trata de un mamífero del orden de los Carnívoros, y situado dentro de la familia de los Félidos.
Es, sin duda, un auténtico cazador, y sus características externas le otorgan la apariencia "noble" y grandiosa que tanto fascina al ser humano.
El cuerpo macizo y musculoso del macho puede llegar a los 3 m de longitud (se registró un reccord de 3'3 m, un caso excepcional), y hasta 1'2 m de altura. Las hembras son claramente más pequeñas que los macho, midiendo normalmente unos 2'5 m de longitud y 85 cm de altura. La cola, acabada en un bonito mechón de pelo más oscuro, supone entre 60 cm y 1m de la longitud. Por regla general un macho pesa entre 180 y 200 kg, aunque pueden llegar a pesar 270 kg. Tienen una cabeza relativamente grande en comparación con otros grandes felinos, presenta un morro triangular, con el labio superior muy hendido y largas vibrisas de color blanquecino. Poseen un total de 30 piezas bucales (dientes), que utilizan para matar y desgarrar la piel de sus presas. Las orejas son redondeadas, y los ojos rasgados son de color miel y presentan pupilas redondeadas (a diferencia de otros felinos) y rodeadas de un aura blanquecina.
El color del pelaje puede variar un poco en relación a la región de la que proceden los individuos, pero normalmente tiene un tono amarillento, anaranjado, o que le proporciona un perfecto camuflaje con las masas de hierba seca que cubren el terreno. El pelo es relativamente corto, excepto el mechón del extremo de la cola y la melena que rodea el cuello y parte delantera del pecho de los machos adultos, cuyo color varía desde un pardo (muy similar al del resto del cuerpo) hasta un tono oscuro, casi negro. En algunas poblaciones son relativamente frecuentes los casos de ejemplares albinos, totalmente blancos.


El hábitat natural del león africano son principalmente as inmensas planicies y praderas que incluyen las sabanas y algunas áreas montañosas de vegetación abierta del continente. Prefieren disponer siempre de una cierta cobertura vegetal, tanto para poder criar a su descendencia con mayor seguridad como para poder ocultarse y no ser vistos por sus presas a la hora de cazar. Aunque soportan vivir en zonas muy áridas no es posible encontrarlos en los desiertos, y tampoco encontraremos un león en la selva, ya que esta resulta un medio totalmente inapropiado para sus costumbres y tácticas de caza. En las montañas podemos encontrarlos a elevadas altitudes, como es el caso de las montañas de Bale, en Etiopía, donde existe una población que habita a 4200 m de altura.

En cuanto a su comportamiento, los leones, al igual que todos los felinos, son muy territoriales, pero a diferencia de lo que ocurre con la mayoría de los representantes de la familia de los carnívoros, son sociales, es decir, viven formando grupos. Normalmente los grupos están constituidos por un número reducido de individuos, y encontramos en ellos uno o dos machos adultos, varias hembras (el nº depende del nº de machos) y las crías no emancipadas. A pesar de esto, en ocasiones se han encontrado grupos muy numerosos, de hasta 50 ejemplares. El león es una especie sedentaria y normalmente los grupos permanecen todo el tiempo en el mismo territorio, adaptando sus costumbres cazadoras al tipo de presa disponible en cada época del año, no suelen perseguir a ciertos animales ungulados, como ñus o cebras, en sus largas migraciones y se limitan a cazarlos en la época en la que se encuentran en su territorio; el único motivo por el que pueden abandonar su territorio sería una sequía extraordinaria y muy prolongada, cuando desaparece toda probabilidad de caza. Normalmente este animal pasa la mayor parte del día dormitando a la sombra de algún árbol que le sirve de protección contra los rayos del sol de mediodía. Normalmente son animales más bien crepusculares o nocturnos, pero no de una forma demasiado estricta, ya que en numerosas ocasiones se les puede ver cazando a plena luz del día cuando la caza nocturna no ha dado los resultados esperados, o durante la época de lluvias.
Aunque es al macho al que se le atribuye la fama de fiereza y fuerza (características que realmente sí que posee pero que utiliza para otras funciones), es la hembra adulta la que se dedica a la realización de la mayor parte de los trabajos necesarios para la supervivencia cotidiana y a largo plaza de la manada, desde la caza hasta la cría de los cachorros. Su esbelto cuerpo y extremadamente fuerte y recio, es fruto de un constante ejercicio de persecución y abatimiento de las presas que constituyen el alimento del grupo. Su penetrante y serena mirada denota una gran fortaleza interna e inspira un profundo respeto. Una de sus principales ocupaciones es la educación de los jóvenes, a los que adiestran en la caza como las más versadas maestras.
La caza es un comportamiento, desde mi punto de vista, fascinante y que vale la pena conocer en profundidad; para ello os voy a "contar" como se produce una cacería típica. A comienzo de la estación seca, cuando todavía hay suficiente humedad como para que el alimento no falte a los hervíboros, el alimento es, por tanto, abundante para todos los pobladores de la sabana. En esta época las crías que nacieron a principio o a lo largo de la estación lluviosa están creciendo y necesitan una gran cantidad de alimento para su desarrollo. La leona, que es quuien suele llevar a cabo la cacería dentro de una manada (aunque los machos solitarios pueden tambien llevar a cabo este comportamiento), se agazapa entre las gramíneas, pasando así completamente desapercibida para las potenciales presas, y se va acercando a estas silenciosamente, siempre con el viento dirigido hacia ella, hasta encontrarse a una distancia óptima de la víctima elegida, para abalanzarse sobre ella y derribarla de un zarpazo tras una corta carrera para recorrer los últimos metros. Una vez que la presa ha caído al suelo debe inmovilizarla con sus fuertes garras y clavarle los dientes en la garganta hasta que finalmente muere asfixiada.
Las presas más comunes son las cebras y los ñus, aunque los antílopes, las gacelas y otros ungulados son también un componente habitual de su dieta. El esfuerzo realizado para capturar estos grandes animales es considerable, sobre todo porque no siempre se consigue un éxito, pero el premio es grande: una elevada cantidad de carne, que en ocasiones proporciona alimento para varios días para todo el grupo. Si la pesa es lo suficientemente grande, no necesitan comer cada día, pro lo que no reinician la caza hasta dos o tres días más tarde. Lo más habitual es que los leones cacen en grupo, la manada actúa de forma totalmente coordinada, siguiendo una estrategia determinada en cada caso y en la que cada uno de los miembros desempeña un papel determinado. Debido a que la carrera de gacelas, cebras y otros herbívoros es bastante más rápida que la del león, éste debe cazar al acecho, pero es difícil encontrar en medio de la sabana un lugar donde esconderse y, además, los herbívoros han aprendido a no acercarse a zonas con altas hierbas. Esta es la principal razón por laque la caza se lleva a cabo en grupo, mientras unos individuos permanecen agazapados entre matas o hierbas altas, los demás miembros, normalmente los machos debido a que resultan más imponentes y visibles, se dedican a conducir a las presas hacia los lugares donde se encuentran escondidos sus compañeros. Los individuos solitarios suelen agazaparse entre la maleza que crece cerca de las charcas que utilizan los herbívoros para beber, donde esperan a que estos se acerquen confiados y así poder abalanzarse por sorpresa y poder capturarlos.

A la hora de la reproducción es el macho dominante el que copula con la hembras; la hembra anuncia el inicio de la fase receptiva marcando el territorio con su orina cargada de feromonas, de manera que rápidamente se acerca uno de los leones dominantes. En algunos casos, machos ajenos a la manada son también atraídos por las feromonas, hecho que causa duros enfrentamientos con los leones dominantes que pueden dar lugar a encarnizadas luchas. Durante una semana la pareja se aleja del grupo, garantizando así que las crías que nacerán serán del macho dominante, y vive una apasionante "luna de miel", durante la quese aparean numerosas veces al día. Durante la cópula la hembra permanece agazapada y el macho se coloca encima, mordisqueándole el cuello mientras ruge con violencia. Entre cópula y cópula ambos se comportan como verdaderos "enamorados", dándose lametazos y acariciándose constantemente.
Las camadas varían de dos a seis cachorros, que nacen muy desvalidos, ciegos al principio, con un peso de 1300 g y un pelaje moteado (que ayuda al camuflaje). Los cachorros no abren los ojos hasta 11 días después del parto, y al cabo de dos semanas son capaces de caminar, aunque torpemente. La lactancia se extiende de siete a diez meses, y el período infantil es una época peligrosa y llena de todo tipo de riesgos (numerosos estudios demuestran que la mitad de las crías menores de un año no sobreviven). El cuidado de los cachorros lo llevan a cabo las leonas, y, cuando alcanzan una determinada edad, les enseñan las técnicas de caza, que les serán extremadamente útiles en el caso de que sean expulsados de la manada y tengan que sobrevivir hasta encontrar la suya propia.
Los leones suelen alcanzar la madurez sexual a los 3 años, es en ese momento en el que las hembras se incorporan al grupo familiar, entrando a formar parte del clan de los adultos. En ocasiones, cuando se producen situaciones adversas, es posible que alguna de las nuevas hembras sea expulsada del grupo y tenga que buscar una nueva manada a la que incorporarse, tarea nada fácil, ya que las hembras de otros grupos no aceptan fácilmente la llegada de una nueva compañera; hasta que no logran incorporarse a una nueva manada las leonas solitarias siguen una vida nómada. No solo las hembras corren este riesgo, también los machos jóvenes, cuando alcanzan la edad adulta son expulsados del grupo por los machos dominantes, los cuales los consideran posibles competidores para el dominio del harén. Cuando os machos intentan integrarse en una nueva manada, las leonas les aceptan de buen gusto, pero los dueños del harén los expulsan violentamente, hasta el día en el que son suficientemente fuertes como para vencer al macho dominante y apoderarse de las hembras. En algunas ocasiones se encuentran con grupos en los que hace falta un macho para defender totalmente el territorio, por lo que no necesitan luchar para ser aceptados. Los machos solitarios, aunque pueden cazar por sí mismos, poseen unas habilidades mucho más inferiores a las que poseen las hembras, por lo que muchas veces roban presas de otros depredadores, como hienas o leopardos.

Hablando de este pequeño bichejo no puedo dejar de nombrar a nuestro gran amigo Simba, "El Rey León", que nos acompañó a muchos de nosotros en nuestra infancia y que, gracias a sus películas, ha dejado momentos inolvidables y grandes canciones ;)

 

 

Con esto me despido por hoy.
Nos leemos prontito.
Cuidadme la naturaleza, que es única ;)

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